Claro que me da gusto que tengamos una candidata (la cuarta en la historia del país) a la presidencia. También me gusta que en la cabeza de la gente, el que sea mujer ya no sea motivo suficiente para no votar por ella.
Lo que no me gusta y nada, es que esté agarradísima de su ser-mujer, para hacernos creer que es feminista, y que de resultar electa, garantizaría los derechos de las ciudadanas. Jamás lo ha hecho durante su carrera política, y es que no importa si es mujer o si es hombre, sigue perteneciendo al partido que siempre se ha opuesto a la despenalización del aborto, que vota en contra del matrimonio entre homosexuales, y que a fines prácticos está representado por la clase media alta del país, o sea, la minoría.
En toda su carrera, no ha hecho algo abiertamente feminista. Vamos, que ni siquiera parece haber contratado a una genuina feminista para escribirle sus rollos, y que el suyo es a todas luces un pseudofeminismo que se queda en el discurso, donde dice "para todas y todos", como decía Vicente Fox, y supongo que como él, si gana, hará poquísimo por las mujeres, porque definitivamente (y su historia lo demuestra) no tiene perspectiva de género, ni le interesa.
Si a la gente votante en México le interesara genuinamente la igualdad entre hombres y mujeres, o más concretamente, el respeto de los DDHH de las mujeres, habría ganado Patricia Mercado en las últimas elecciones. Ella al menos había colocado en la agenda pública el tema de la igualdad de género, la violencia familiar contra las mujeres, y la despenalización del aborto. Temas en los que el partido de Vázquez Mota se mostró siempre indiferente.
Cuando menos, ha sido refrescante escuchar a gente de ultraderecha decir: "ya es hora de que nos gobierne una mujer". Igual, pura gente panista. Gente que quién sabe si opinaría lo mismo si el PRD o el PRI tuviesen una candidata. Sólo me tocó escuchar a un taxista decir: "nunca me ha gustado el PAN... pero tal vez si nos gobierne una mujer, las cosas cambien para bien". Sobra decir que las mujeres somos hijas de esta cultura machista y no escapamos a su influencia. Es decir, no por ser mujer se es feminista, y Josefina lo demuestra bien. Pero al menos ya no se oyen tantos comentarios de la imposibilidad de las mujeres para gobernar.
En resumen, me gusta ver ese cambio en el pueblo mexicano. Pero espero que JVM no gane. (Ni "gane", como le gusta al PAN).
Lo que no me gusta y nada, es que esté agarradísima de su ser-mujer, para hacernos creer que es feminista, y que de resultar electa, garantizaría los derechos de las ciudadanas. Jamás lo ha hecho durante su carrera política, y es que no importa si es mujer o si es hombre, sigue perteneciendo al partido que siempre se ha opuesto a la despenalización del aborto, que vota en contra del matrimonio entre homosexuales, y que a fines prácticos está representado por la clase media alta del país, o sea, la minoría.
En toda su carrera, no ha hecho algo abiertamente feminista. Vamos, que ni siquiera parece haber contratado a una genuina feminista para escribirle sus rollos, y que el suyo es a todas luces un pseudofeminismo que se queda en el discurso, donde dice "para todas y todos", como decía Vicente Fox, y supongo que como él, si gana, hará poquísimo por las mujeres, porque definitivamente (y su historia lo demuestra) no tiene perspectiva de género, ni le interesa.
Si a la gente votante en México le interesara genuinamente la igualdad entre hombres y mujeres, o más concretamente, el respeto de los DDHH de las mujeres, habría ganado Patricia Mercado en las últimas elecciones. Ella al menos había colocado en la agenda pública el tema de la igualdad de género, la violencia familiar contra las mujeres, y la despenalización del aborto. Temas en los que el partido de Vázquez Mota se mostró siempre indiferente.
Cuando menos, ha sido refrescante escuchar a gente de ultraderecha decir: "ya es hora de que nos gobierne una mujer". Igual, pura gente panista. Gente que quién sabe si opinaría lo mismo si el PRD o el PRI tuviesen una candidata. Sólo me tocó escuchar a un taxista decir: "nunca me ha gustado el PAN... pero tal vez si nos gobierne una mujer, las cosas cambien para bien". Sobra decir que las mujeres somos hijas de esta cultura machista y no escapamos a su influencia. Es decir, no por ser mujer se es feminista, y Josefina lo demuestra bien. Pero al menos ya no se oyen tantos comentarios de la imposibilidad de las mujeres para gobernar.
En resumen, me gusta ver ese cambio en el pueblo mexicano. Pero espero que JVM no gane. (Ni "gane", como le gusta al PAN).
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Gracias :)