Si te dan miedo sus reacciones tanto, que necesitas que alguien más hable con él/ella para pedirle algo por ti, o la piensas dos veces antes de expresarle algo que sientes, o más común, algo que necesitas... entonces huye. De verdad, no es sano estar con alguien a quien no le puedes expresar abiertamente tus necesidades, sin miedo a que su reacción te lastime, ya sea porque te ignora, te descalifica, o te agrede de alguna otra forma.
Esto no va (y por favor no se agarren de ello) para esas personas violentas, que tal vez dirían: "oye, yo tengo miedo de expresarle mis deseos de que se quede todo el día en casa cuidando del bebé, porque luego se altera y me ignora diciendo que quiere un trabajo remunerado y esas cosas". No sé cómo se las arreglan las personas así para torcer las palabras y quedar como víctimas trágicas cuando la otra persona reclama para sí un trato justo. Porque pasa, de verdad. Y bien frecuente.
Tampoco aplica para gente poco asertiva que trata de imponer sus deseos y luego se siente herida porque su pareja reacciona con descontento. A veces es tan difícil saber comunicar justo lo que se pretende, y nos hacemos bolas con las palabras. En una relación sana, las dos personas pueden expresarse libremente y lo hacen con tacto y consideración, por lo que difícilmente pueden lastimarse, aunque no coincidan en lo que hablan.
No puedo creer que me parezca tan complicado cuando lo escribo. Hoy en la mañana lo pensé tan fácil... Bien, M me decía que le daba miedo decirle a su novio que está en terapia. H dijo que jamás ha podido decirle a su esposo que le caería de perlas cualquier contacto físico previo al coito, porque el señor le da unos besos, la penetra, eyacula y se duerme. Literal. F decía que le da miedo decirle a su esposo que hace tiempo que no lo ama. Le da miedo, porque sabe que si se lo dice, él la mata. Y es claro que a él le va a doler, pero es muy diferente una verdad dicha con tacto aunque sea dolorosa, que decir cualquier cosa de una forma que hiere. S hablaba de cómo le da miedo decirle a su novia que quiere ir con los amigos, porque ella lo toma como señal de desinterés en la relación y empieza a gritar y acusarlo de ser desconsiderado, así sea una noche cada quince días. L tiene miedo de decirle a su novia que necesita más tiempo a solas con ella, porque ésta la llama loca insatisfecha, y la manda por un tubo. G no puede decirle a su novio que se siente terrible en casa de su familia porque lo tratan mal. Si se lo dice, el novio le resta importancia a los sentimientos de G y le dice que debería aprender a adaptarse.
Hay formas... aquí puse bonitos ejemplos:
RELACIÓN HORRIBLE.
- Estoy hasta la madre de tu pinche actitud, ¿no podrías dedicarme más tiempo, egoísta de mierda?
- ¿Ni cuenta te das de que tengo un chingo de trabajo, verdad? No te importa nada de lo que hago, me estoy hartando...
- Etc.
RELACIÓN LINDA.
- Corazón, me gustaría mucho pasar más tiempo a solas contigo, ¿qué opinas?
- A mí también, pero tengo demasiado trabajo, ¿qué hacemos?
En la primera dan ganas de correr y no volver jamás. En la segunda buscan una bonita solución como pareja, en lugar de acusarse, culparse y ofenderse.
¡Taráaaaaan! No es tan complicado ¿o sí?
Esto no va (y por favor no se agarren de ello) para esas personas violentas, que tal vez dirían: "oye, yo tengo miedo de expresarle mis deseos de que se quede todo el día en casa cuidando del bebé, porque luego se altera y me ignora diciendo que quiere un trabajo remunerado y esas cosas". No sé cómo se las arreglan las personas así para torcer las palabras y quedar como víctimas trágicas cuando la otra persona reclama para sí un trato justo. Porque pasa, de verdad. Y bien frecuente.
Tampoco aplica para gente poco asertiva que trata de imponer sus deseos y luego se siente herida porque su pareja reacciona con descontento. A veces es tan difícil saber comunicar justo lo que se pretende, y nos hacemos bolas con las palabras. En una relación sana, las dos personas pueden expresarse libremente y lo hacen con tacto y consideración, por lo que difícilmente pueden lastimarse, aunque no coincidan en lo que hablan.
No puedo creer que me parezca tan complicado cuando lo escribo. Hoy en la mañana lo pensé tan fácil... Bien, M me decía que le daba miedo decirle a su novio que está en terapia. H dijo que jamás ha podido decirle a su esposo que le caería de perlas cualquier contacto físico previo al coito, porque el señor le da unos besos, la penetra, eyacula y se duerme. Literal. F decía que le da miedo decirle a su esposo que hace tiempo que no lo ama. Le da miedo, porque sabe que si se lo dice, él la mata. Y es claro que a él le va a doler, pero es muy diferente una verdad dicha con tacto aunque sea dolorosa, que decir cualquier cosa de una forma que hiere. S hablaba de cómo le da miedo decirle a su novia que quiere ir con los amigos, porque ella lo toma como señal de desinterés en la relación y empieza a gritar y acusarlo de ser desconsiderado, así sea una noche cada quince días. L tiene miedo de decirle a su novia que necesita más tiempo a solas con ella, porque ésta la llama loca insatisfecha, y la manda por un tubo. G no puede decirle a su novio que se siente terrible en casa de su familia porque lo tratan mal. Si se lo dice, el novio le resta importancia a los sentimientos de G y le dice que debería aprender a adaptarse.
Hay formas... aquí puse bonitos ejemplos:
RELACIÓN HORRIBLE.
- Estoy hasta la madre de tu pinche actitud, ¿no podrías dedicarme más tiempo, egoísta de mierda?
- ¿Ni cuenta te das de que tengo un chingo de trabajo, verdad? No te importa nada de lo que hago, me estoy hartando...
- Etc.
RELACIÓN LINDA.
- Corazón, me gustaría mucho pasar más tiempo a solas contigo, ¿qué opinas?
- A mí también, pero tengo demasiado trabajo, ¿qué hacemos?
En la primera dan ganas de correr y no volver jamás. En la segunda buscan una bonita solución como pareja, en lugar de acusarse, culparse y ofenderse.
¡Taráaaaaan! No es tan complicado ¿o sí?
Comentarios
No siempre en el pedir está el dar.
Mis primeros conflictos en pareja fueron de solicitudes de diálogo hechas interpretadas como reclamos o quejas. Ya después entendimos los dos los contextos tan diferentes en que habíamos crecido. Yo por una parte, quería separarme de todo lo que había visto en casa en cuanto a resolución de conflictos. Él nunca había visto eso en su casa y además nunca había tenido a alguien que se preocupara por él, como una pareja lo haría. Sus relaciones amorosas anteriores tampoco le sirvieron,. mucho como práctica. Total, que tuvimos ambos que empezar de cero. Y qué difícil es la desprogramación.
Se puede si se quiere una relación igualitaria.
Si no, a correr.
mamisepa: ¡Gracias!