Ser Filosofista

El 14 de abril, un grupo terrorista llamado Boko Haram, secuestró de un colegio femenino  más de 200 niñas de entre 12 y 17 años. Algunas lograron escapar, pero alrededor de 250 niñas siguen cautivas. Líderes del grupo han publicado videos donde amenazan con venderlas como esclavas. Estas niñas han sido violadas y maltratadas por los miembros del grupo, que al parecer ya han vendido a algunas como esposas. Los perpetradores sostienen que las mujeres no deberían estudiar, y las instan a dejar la escuela y quedarse en casa. Varios países han ofrecido su apoyo, de igual forma varias organizaciones del mundo. Pocas veces tenemos la oportunidad de ayudar a que las chicas secuestradas regresen, y esta es una oportunidad de oro en la que cualquier aportación es significativa. Yo sé que mucha gente siente que es inútil contribuir con la erradicación de la violencia contra las mujeres porque es una tarea sumamente difícil cuyos frutos suelen verse sólo a largo plazo. Es un camino lento, sin e

La mayoría de las veces, cuando comento doy talleres de la violencia contra las mujeres, algún hombre -y a veces alguna mujer-, me señalan que también los hombres son víctimas de la violencia. Tal vez se deba a un error de entendimiento suponer que porque hablo de violencia contra ellas, estoy ignorando la que llegan a sufrir ellos. Tal vez deba empezar diciendo: miles de hombres y mujeres son víctimas de diversas formas de violencia , y luego explicar por qué es diferente para ambos grupos. Empezando con los números, la mayoría de los perpetradores son hombres. La guerra, movida por el ansia de poder, es un problema relacionado con el género. Difícilmente se encuentra una mujer que quiere conquistar un país o es líder de un ejército. La violencia es un atributo del género masculino (se promueve entre los hombres, más que entre las mujeres. A nosotras nos empujan a ser más compasivas). La mayoría de las víctimas adultas de agresiones sexuales son mujeres, agredidas normalmente por ho