¿Pero lo son realmente?
Tengo un grupo de amistades que se se identifican como queer. El grupo incluye a una mujer trans, lesbianas, bisexuales, y asexuales, y me ha hecho preguntarme mucho cuál es el punto de ser comunidad. De decirnos parte de la comunidad LGBTQ+.
¿Realmente somos una comunidad? Si el punto de ser comunidad es que podemos contar con el resto, no estoy muy segura de que sea el caso cuando cada grupo específico tiene necesidades tan diferentes, y cuando la gente dentro de la misma comunidad no está tan interesada en las necesidades con las que no se identifica. Por ejemplo, una necesidad de las mujeres lesbianas es detener la lesbofobia que se manifiesta en agresiones físicas y sexuales, y en un montón de limitaciones en cuanto a derechos humanos. Hasta hace relativamente poco, en México las lesbianas no se podían casar ni podían adoptar, por poner un ejemplo. Estas necesidades son compartidas por las bisexuales que tienen relaciones con otras mujeres. Sin embargo, hay un grupo enorme de mujeres bisexuales que tienen relaciones estables y largas con hombres, y que nunca han tenido una relación larga con otra mujer. En mi experiencia, que ojalá no sea tan común, tratar de hablar con una de estas mujeres bisexuales sobre los problemas que enfrentamos las lesbianas es indistinguible de hablar con una mujer heterosexual que no sea lesbofóbica: te escuchan y aprenden y quisieran ayudar, pero hay que explicarles todo porque no lo han vivido en carne propia.
Un ejemplo es que cuando me casé, una amiga bisexual que se acababa de casar me recomendó algunas cosas que podría hacer para hacer válido mi matrimonio en México (me casé en Reino Unido). Le pregunté si sabía si era igual aunque fuéramos dos mujeres, y me dijo que no tenía idea y ni siquiera lo había pensado. O sea que toda su bisexualidad y ser parte de la comunidad LGBTQ+ no le sirvió mucho para experimentar las limitaciones civiles que a veces tenemos las lesbianas, y por ende, sus consejos y demás fueron iguales a los de mis amigas heteras que se casaron acá.
Otro ejemplo es lo que vemos en la marcha del orgullo, donde cada quién exige con pancartas lo que quiere de la comunidad cis-hetero. Las mujeres trans están siendo víctimas de una campaña contra ellas por parte de algunas personas en el gobierno, y algunos grupitos ruidosos de TERFs, entre ellas J. K. Rowling. Sabiendo que no se ha hecho ilegal la terapia de conversión contra las personas trans, las personas cis del grupo de amistades queer que tengo o no fueron, o fueron pero publicaron cositas sobre "sigo siendo bi aunque tenga esposo". Que es totalmente cierto, pero me hace preguntarte qué beneficio tiene para una mujer trans ser parte de una comunidad que no va a luchar por ella y sus derechos, porque a esa comunidad le urge más que le dejen de decir hetero por tener esposo.
Siento que nuestras compañeras y nuestros compañeros trans nos necesitan urgentemente, pero no veo a la comunidad tan comprometida con ayudarles como con insistir en su derecho de no ser confundidas con hetero. Se siente como si se me estuviera quemando la casa y les pidiera ayuda a mis amigas, y mis amigas contestaran que están ocupadas discutiendo con alguien que escribió mal su nombre en una invitación.
A todo esto se le suma que compran mercancía de Harry Potter, contribuyendo poquito a la fortuna que J. K. Rowling usa para financiar campañas transfóbicas en este país. No sólo no usan sus voces para defender a las mujeres trans. Compran mercancía que financia campañas transfóbicas. ¿Cómo las voy a sentir comunidad así?
Las bisexuales no se enteran de los problemas de las lesbianas, las lesbianas y bisexuales cis no se enteran de los problemas de las personas trans, y la gente asexual no sé por qué se siente parte de la comunidad.
Pero bueno.
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