La superstición cumple un papel importante en nuestras vidas cuando no tenemos el control de las mismas. Nos da una falsa sensación de control, pero totalmente necesaria para no volvernos loc@s cuando no tenemos nada cerca que no sea la incertidumbre.
Las personas tienden en mayor medida al pensamiento mágico, entre más pérdida de control perciben en sus vidas. Por eso es tan común que la gente que se ve en situaciones estresantes donde poco o nada puede hacer por cambiarlas (por ejemplo, cuando recibe un diagnóstico de una enfermedad terminal) recurra a pseudociencias, sectas y religiones para buscar ayuda.
Cuando se conjuga el miedo, la incertidumbre, la ignorancia y la falta de control, se crea un campo de cultivo para que afloren todo tipo de visiones mitológicas. Señoras que ven a la Virgen María, niños que ven ángeles, niñas que ven duendes, señores que ven a Cristo. Y si no se tiene una mente despierta, autocontrol e inteligencia emocional, fácilmente podemos ser víctimas de una superstición más.
Nuesto bonito país, está constantemente sometido a la incertidumbre: cultural, política, financiera, ecológica. No sabemos ni a dónde vamos, ni de dónde carajo venimos, (aunque en la escuela nos dijeron más o menos de dónde). No es de sorprender entonces, que este sea uno de los países más católicos del mundo.
Lo que casi me mata de risa es que l@s mism@s católic@s hacen distinción entre ell@s y la gente supersticiosa.
En fin, creo que tenemos que cambiar nuestra actitud. Si queremos mejorar este mundo, tenemos que retomar el control de nuestras vidas y nuestro país para empezar, en lugar de perder el tiempo con supersticiones que nos dan una falsa y a todas luces estorbosa esperanza, creyendo en un dios que nunca existió.
Las personas tienden en mayor medida al pensamiento mágico, entre más pérdida de control perciben en sus vidas. Por eso es tan común que la gente que se ve en situaciones estresantes donde poco o nada puede hacer por cambiarlas (por ejemplo, cuando recibe un diagnóstico de una enfermedad terminal) recurra a pseudociencias, sectas y religiones para buscar ayuda.
Cuando se conjuga el miedo, la incertidumbre, la ignorancia y la falta de control, se crea un campo de cultivo para que afloren todo tipo de visiones mitológicas. Señoras que ven a la Virgen María, niños que ven ángeles, niñas que ven duendes, señores que ven a Cristo. Y si no se tiene una mente despierta, autocontrol e inteligencia emocional, fácilmente podemos ser víctimas de una superstición más.
Nuesto bonito país, está constantemente sometido a la incertidumbre: cultural, política, financiera, ecológica. No sabemos ni a dónde vamos, ni de dónde carajo venimos, (aunque en la escuela nos dijeron más o menos de dónde). No es de sorprender entonces, que este sea uno de los países más católicos del mundo.
Lo que casi me mata de risa es que l@s mism@s católic@s hacen distinción entre ell@s y la gente supersticiosa.
En fin, creo que tenemos que cambiar nuestra actitud. Si queremos mejorar este mundo, tenemos que retomar el control de nuestras vidas y nuestro país para empezar, en lugar de perder el tiempo con supersticiones que nos dan una falsa y a todas luces estorbosa esperanza, creyendo en un dios que nunca existió.
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