Esta sociedad en la que yo vivo, da por hecho muchas cosas. Da por hecho que tod@s somos heterosexuales y católicas. Así pues, yo y un montón de gente más, nos la pasamos saliendo del clóset cada vez que conocemos a alguien, porque de entrada dan por hecho que nos gusta el otro sexo y que creemos en Dios, por no decir que somos católic@s. Cada vez que conozco a alguien, llega un momento en que sale el tema, y si siento que no me va fastidiar que lo sepa, sale la consabida confesión: soy atea, y me gustan las mujeres. Trato de no hacer ambas confesiones a la vez para no provocar un infarto. Y a la fecha, no sé cuál de las dos confesiones causa más incomodidad en la gente. En general, a las mujeres les incomoda un poco más que me gusten las mujeres. Hay una creencia al parecer generalizada entre las mujeres heterosexuales, que las lesbianas y bisexuales queremos acostarnos con cuanta mujer se nos ponga enfrente, y que además somos agresivas para conquistar. Como si las fuéramos a violar...