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Diferencias entre maternidad y paternidad.


Nota previa: esta entrada está inspirada en la historia de alrededor de 50 mujeres con las que me entrevisté. No quiero decir que en todos los casos sea igual. Tengo consciencia de que no es igual para todos y todas.

Al parecer, los hombres sí tienen derecho a elegir si quieren ser padres o no, mientras las mujeres son prácticamente forzadas a ser madres. Esto empieza con la primera educación, en la que una niña apenas puede ponerse en pie cuando ya tiene una muñeca en brazos, a la que aprenderá a llamar “mi bebé”. Mientras tanto, los niños empezarán a entrenarse a jugar con armas de plástico, o automóviles de juguete. Después de que se les haya lavado el cerebro socializado de esta forma, la niña sentirá de forma artificial muy natural ese instinto de ser madre, antes de los cinco años (cosa curiosa para algo tan natural: tener instinto de madre a una edad que no está lista biológicamente para serlo), y el niño ya no querrá jugar con muñecxs-hijxs ni lo hará a escondidas.

Años después, él y ella tendrán relaciones sexuales, y la vida de los dos será diferente de forma más obvia: si ella no quiere ser madre, tendrá que practicarse un aborto ilegal y probablemente muera. Si no muere, puede ser encarcelada si la descubren. Si no la descubren, tendrá que soportar el estigma social de abortar. Él, si no quiere ser padre, sólo fingirá demencia y huirá sin ninguna repercusión sobre su salud, y nadie le señalará jamás, salvo tal vez, la madre de la criatura y gente relacionada.
Si ella no aborta porque es ilegal o peligroso, tendrá un embarazo que no quería, verá su cuerpo cambiar en contra de su voluntad, y tendrá un gasto que no tenía contemplado por el parto o la cesárea. Él seguirá su vida, con el cuerpo intacto en otro lugar del mundo, sin gastos no planeados. A ella le llamarán madre soltera con connotación negativa, a él nadie le dirá padre soltero. Nadie le dirá padre. Si ella decide darlo en adopción, le dirán madre desnaturalizada. A él no le dirán nada.
Ella pasará la mitad de su tiempo ocupándose sola de su hijx. Él no se va a enterar. Ella tendrá dificultad para conseguir una pareja, porque la sociedad le hará creer (¿con o sin razón?) que es difícil empezar una nueva relación si tienes hijxs de relaciones anteriores. Él no tendrá ningún problema en ese sentido, salvo quizá el dilema de si contarle a su nueva pareja que tiene un hijo o hija en quiénsabedónde. Suponiendo que ganen lo mismo, ella verá su salario dividido en dos. Él no. Si algo malo pasa con el niño o la niña, todo mundo responsabilizará a la madre. Nadie preguntará dónde diablos está el padre.
Si esta historia fuera distinta, y este hombre decidiera ser padre, probablemente iría por su hijo o hija el fin de semana, le consentiría un montón de caprichos, pero no haría con ella o él la tarea. Entonces, esta cría vería a su padre como Disneyland y a su madre como la tirana que le pone reglas. Ella se estresaría por esta situación, pero no podría hacer gran cosa al respecto.
Si fuera la historia no tan desigual, ella y él criarían a ese niño o niña prácticamente a la par. Sin embargo, ella tendría permiso de maternidad y él no de paternidad. Ella resolvería de cualquier forma, la mayor parte de los problemas de esa cría, y sería llamada madre estándar. Él se encargaría más bien de lo económico, pasaría algo de tiempo con la cría, y de vez en cuando saldrían en bola al parque. Él sería llamado un padre excepcional.
La vida de él cambiará más bien en el sentido económico. La de ella cambiará en más cosas: será madre antes que ser persona, su cuerpo cambiará, será vista como la principal responsable de lo que le pase a la cría, dormirá menos, se cansará más. Si se separan él será más rico, ella más pobre. Ella se estresará el doble.
Entiendo el debate sobre el aborto, pero no veo a nadie haciendo un alboroto nacional por los miles de “padres” que ni siquiera se enteran qué día nació su hijo/hija. Miles que juran ser los mejores porque pagan educación privada, pero no les interesa la vida de su hija/hijo más allá de eso. Miles que no dan siquiera pensión alimenticia a sus hijos e hijas si no se les demanda legalmente por ello, y aún así, no lo hacen. Hay tanta desigualdad entre maternidad y paternidad, que no me sorprende que cada día haya menos mujeres queriendo ser padres.

Nota posterior: sé que también andan por ahí hombres que adorarían poder gestar, parir y amamantar. Hombres que estarían de lo más felices con los permisos de paternidad, y hombres que crían solos a sus hijos e hijas. Algunos que son putos y solos y otros que si tienen hijos/hijas algún día serán excelentes para educarles, como mínimo. También algunos que querían críar a una hija o hijo, y no pudieron por razones varias: si ella decidió abortar, si no le permitieron conocer a su bebé, si no supo siquiera que existía, si era gay y el estado no le permitió adoptar, etc.  

Comentarios

Enrique ha dicho que…
Justo hoy, antes de leer tu entrada, he leído el periódico y se relataba la historia de una muchacha que es madre con 15 años. Al padre sólo se le mencionaba de pasada, porque la chica decía estarle muy agradecida por su ayuda (faltaría más...).

El caso, que el periódico resaltaba la historia de la madre con la niña, y hablaba sobre la disminución de embarazos juveniles en España; pero, ¿los padres? Ni aparecen. Y digo yo, si hay madres jóvenes es porque también hay padres jóvenes. ¿No?

Has hecho una buena entrada, Ser Filosofista. Y gracias por aclarar que, por su puesto, es algo que se da en una mayoría, pero no en todas las personas.

Hace algo así como dos años, a Kuxille y a mí nos ocurrió que creíamos que ella había quedado embarazada (tomamos precauciones y todo eso, pero su menstruación a veces tarda unos meses en venir, y se le juntó con los nervios de los exámenes y algún virus durante el trecer-cuarto mes, y todo indicaba que podría estar gestando). El caso, que me hice caquita. Y aún así, seguí con ella, y pensé que si había un/a niño/a de verdad, dejaría los estudios y me pondría a trabajar (cosa que no suele suceder en varones. Por lo general esto lo hace la mujer y el chico sigue con sus estudios). Por supuesto, mi intención no era sólo la de aportar económicamente. También tenía pensado criarle, educarle, cuidarle, etc (y pienso hacerlo en un futuro si llego a ser padre).

Pero esta situación, y algún que otro tema por ahí, me hace pensar ahora lo fácil que me hubiese sido dejarla a ella, no pretender hacerme responsable en nada y seguir con mi vida como si nunca hubiese ocurrido nada.

Sí, en tal caso, hubiese sido (y sería) un $%&#"= (imagínate cualquier cosa malsonante, jeje). Pero, desde luego, hubiese sido lo más fácil para mí.

Y esto me da de pensar que a veces el pensar como pienso me complica la vida. Lo fácil que sería aprovecharme al 100% de mis ventajas como varón... Debo ser idiota. Pero bueno, no voy a echarme atrás. Prefiero ir contra la norma y hacer lo que considero correcto, que seguir el patrón establecido.

Besos.
mamisepa ha dicho que…
Me ha gustado mucho tu entrada, estoy de acuerdo en casi todo. Salvo una cosita que en España a veces es diferente. Cuando dices: "Si se separan, él será más rico, ella más pobre". Aquí a veces es al revés, y me parece justo recordarlo. No quiero darte la tabarra con esto porque quiero escribir una entrada en mi blog sobre el tema. Pero no quería dejar de recordarlo.

Un saludo.
adilia ha dicho que…
Creio que já conhecem mas não se perde nada em lembrar como Elizabeth Badinter tão claramente denunciou "o mito do amor materno". De resto para além de toda a evidencia que ela recolhe e expõe, seria bom pensar-se porque é que a sociedade e a cultura se preocupam tanto em inculcar a maternidade como se fosse um destino e não uma escolha; é que se se trata de um instinto então deixem as meninas brincarem à vontade e não as condicionem desde a mais tenra idade.
Abraço, adília
Anónimo ha dicho que…
No manches, parece historia de Silvia Pinal. No creo que las mujeres siempre sean unas martires. Si bien es cierto que hay hombres muy abusones y conchudos, tambien hay mujeres que son asi
Ser Filosofista ha dicho que…
Anónimo, me hizo reír tu comentario. Gracias por repetir con palabras más... mundanas lo mismo que yo ya había escrito en la entrada.

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