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Los hombres que todo lo (medio) saben y todo nos explican (sin que lo pidamos).

Soy un polímata, fue lo que me contestó un tipo cuando le pregunté que de dónde sacaba tantos datos curiosos. La mitad de mis conversaciones con él, consistían en una yo haciéndole un chingo de preguntas, y un él contestándolas todas. Asumí que leía montones y tenía una memoria privilegiada, porque las primeras conversaciones eran sobre cosas que yo no tenía idea. Luego empezó a meterse en terrenos que no conocía tanto, y me di cuenta de que no sabía prácticamente nada a profundidad. Empiezo las conversaciones con preguntas, para contrarrestar otras opiniones con la mía. Para poner a prueba lo que creo con firmeza, y porque nada me entusiasma tanto como un buen debate que me lleve a ver las cosas bajo una nueva perspectiva. Creí que había encontrado alguien con quien conversar por horas, y estaba entusiasmada.

Un día, se interrumpió mientras intentaba explicarme el principio de incertidumbre de Heisenberg, para preguntarme si sabía qué era. Con un gesto, le aclaré que sabía y que podía continuar. Musitó algo como: sí, claro que sabes. En meses que tengo de conocerlo, es la única vez que se ha preguntado siquiera si es posible que yo sepa algo. Cualquier cosa. Fuera de esta ocasión, me he reprimido las ganas de pedirle que omita las explicaciones porque ya sé de qué está hablando. Jamás pregunta, sólo asume que no sé. 

Está tan embelesado en lo que él considera sabiduría, que ni siquiera nota cuando le aclaro que sé de qué está hablando. Tengo una anécdota para ilustrar esto: un día le conté que me hice vegetariana desde que era niña, y que mi padre, que es hematólogo, me hacía exámenes de sangre para asegurarse de que no estuviera anémica. Si se pone atención a lo anterior, es fácil saber que tengo muchos años siendo vegetariana. Tener un padre hematólogo no garantiza que una persona sepa todo sobre la sangre, así que él no tendría por qué saber de antemano que crecí leyendo sobre el proceso por el cual se generan los glóbulos rojos, los tipos de anemia y cómo se hace un transplante de médula ósea. Pero si sabe que hace años que soy vegetariana, debería suponer que o ya me dio anemia y aprendí algo al respecto, o no me dio y evidentemente algo estoy haciendo bien (o suponer que de plano no hay relación entre le vegetarianismo y la anemia). Su primer comentario a mi historia sobre los análisis clínicos cada no sé cuánto (en mi memoria aparecen como demasiado frecuentes), fue un rollote de cómo combinar alimentos para no carecer de proteínas que (aquí lo dejé de escuchar). Le dije que tenía más de dos tercios de mi vida siendo vegetariana y siguió. Luego le recordé que mi padre es hematólogo, y siguió. Le dije que no se preocupara, porque tengo 13.5 y antes de que terminara, me preguntó de qué. Gramos de hemoglobina por decili... y siguió con sus clases de nutrición. 

En otra ocasión, me contó que tenía una especie de alucinaciones auditivas justo antes de quedarse dormido, que le preocupaban y no le permitían conciliar el sueño. Le sugerí visitar a algún/alguna especialista en neurología, y me dijo que le habían hecho una resonancia magnética hace años y todo había salido bien. Le comenté que lo que necesitaba era un estudio del sueño y que una resonancia magnética no era suficiente para identificar ciertos trastornos, a lo que me respondió: si un día tengo problemas de sueño, yo sé qué hacer. Según su criterio, entonces, yo no puedo darle consejos sobre neuroimagen a pesar de tener una maestría en neuropsicología, pero él si puede decirme cómo prevenir la anemia, aunque la vegetariana sea yo, aunque me haya criado un hematólogo, aunque lea tres veces más que él. 

Asumí que el sujeto era un típico sabelotodo, y hasta ahí. No sabía bien si era porque quería impresionarme, si era sólo conmigo, con las mujeres, o con todo mundo. También descubrí que las cositas curiosas de las que hablamos al principio, las había sacado todas de un canal de YouTube, Kurzgesagt, que es "en corto" en alemán. Para un video de diez minutos, la información está bien (aunque muchas veces imprecisa). Pero para decirte polímata después de ver varios de sus videos, que van desde economía hasta genética....

¿Qué lleva entonces a una persona que no sabe tanto, a tratar a otra de forma condescendiente? Me sorprendí que la palabra mansplaining viniera a mí tanto tiempo después. No tengo idea de por qué, pero lo primero que pensé fue que el tipo era un sabelotodo y ya. Que así era con todo el mundo, o que creía que impresionaba con eso. Me dio curiosidad cómo la gente maneja a las personas así, y después de una mini búsqueda en línea, encontré un foro de estudiantes donde una chica preguntaba si ella era demasiado sensible o si era normal sentirse fastidiada de un novio que era paternalista con ella y siempre la corregía. Las respuestas decían en su mayoría, que estaba siendo demasiado sensible, que fuera paciente con él porque sólo era un crío inseguro.

Entonces, los hombres nos explican y nosotras estamos exagerando si sentimos que sus explicaciones ofenden nuestra inteligencia. No había pensado en que podría ser sólo porque es hombre y yo mujer. Puede ser que en efecto, sea un sabelotodo, que quiere impresionarme, y que porque soy mujer la cosa se agrava. Me acordé de un libro que tenía pendiente: Los hombres me explican cosas, de Rebeca Solnit. El libro, por si no lo conocen, trata de cómo algunos hombres asumen que saben cosas que las mujeres no, y por qué.  Si lo hubiera leído ya, tal vez no hubiera tardado tanto en suponer que este hombre, y tantos otros, me tratan así porque asumen no sólo que no sé, sino que necesito que me eduquen.

Ayer vi un video de una conferencia de TED, en la que Paula Stone Williams, habla de cómo los hombres empezaron a explicarle cosas después de su transición*, cuando viviendo como mujer se topaba con hombres tratándola de forma que como hombre jamás había experimentado. También dice que de tanto que la trataron como que no sabía nada, empezó a dudar si de verdad sabría algo. Me hizo pensar, porque creo que es en parte lo que me pasó con auto-nombrado polímata: di por sentado que sabía cosas, y cuando nuestras opiniones no coincidían, me preguntaba si había algo que él sabía y yo no. Después de meses de conversaciones frecuentes, llegué a la conclusión de que hace declaraciones categóricas sobre temas que no domina, mientras yo soy más bien agnóstica de mi propio conocimiento. Puedo pensar que porque a lo largo de los años aprendemos que nos equivocamos muchísimo, y que lo que defendimos hace cinco años ahora nos da risa. Sin embargo, podría ser también cuestión de género. Que a mí no me enseñaron (y lo agradezco) a hablar contundentemente sobre cosas que sólo escuché de paso. Tal vez sea una combinación de todo.

Algo más que menciona Paula en el video, es que las mujeres solemos disculparnos por saber. Empezamos diciendo ¨disculpen si me equivoco, pero creo que...¨. Muchos hombres, en cambio, hablan aparentando total dominio de un tema. Un ejemplo es el de un señor que fue a terapia familiar con la que una vez fue mi maestra, y después de que cada miembro de la familia habló, el señor dijo: ellas ya dieron su opinión, ahora yo le voy a contar los hechos. El señor de la historia era un macho violento y ya, pero muchos de los que no ejercen lo que típicamente se conoce como violencia, hablan con la misma seguridad y no escuchan argumentos opuestos, salvo que sean de otros hombres. Recuerdo también que una vez le comenté a un conocido que me daba la impresión de que hablaba convencido sobre temas que son sujeto de debates todavía, y que si no le daba curiosidad saber los argumentos opuestos a los suyos, porque no parecía querer escucharlos. Dijo que seguía un proceso de razonamiento tal, que sabía cuando sus conclusiones eran correctas, y que así las manejaba hasta que alguien le demostrara lo contrario. Alguien que él respetara, por ejemplo, algún experto en la materia. Sin embargo, ahí estaba él, ignorando mis argumentos sobre un tema para el que justo ese día, fui llamada como experta. 

De todo lo anterior no me sorprenden los hombres explicando cosas. Me sorprende que a la fecha, no tengo idea de cómo hacer que se callen, salvo diciendo ya sé. No funciona. Después de años en el tema, después de no sé cuántos ochos de marzo, sigo sin saber cómo proyectar un aura de sabiduría que haga que ni siquiera empiecen, y me pregunto si en un intento de controlar mi alrededor no estoy responsabilizándome de algo que no me toca. Si no me toca, porque no es mi culpa, ¿qué hago mientras? ¿Cómo se le cierra la boca a uno de estos? 

*Algunas personas prefieren no usar este término, porque implica que en algún momento fueron de otro sexo. Me limito a escribir lo que ella dice en en video, sin profundizar porque esta entrada no da para tanto, y porque siendo una mujer cis-género tengo algo como cero autoridad para hablar del tema.  

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