Para que la violencia unilateral tenga lugar, es necesario que exista un desequilibrio de poder, ya sea real o percibido. Hay muchas formas de violencia que se ejercen en contra de grupos vulnerables, y lo que tienen en particular estos grupos, es que tienen ciertas características que determinan que tengan menos poder frente a los grupos dominantes.
Por ejemplo, una persona con información, tiene más poder que una desinformada. Una persona sana tiene más poder que una persona enferma. Así, se contruyen relaciones de poder inequitativas, donde puede ser que la persona o el grupo con más poder, ejerza violencia contra la persona o grupo más vulnerable.
La violencia en nuestra sociedad, suele darse en función de la edad (en la que el grupo vulnerable son los niños y las niñas, y las ancianas y ancianos), en función de la clase social (donde el grupo vulnerable son las clases bajas), etcétera. También es común que las minorías sean violentadas. Sin embargo, hay un grupo vulnerable que constituye aproximadamente el 51% de la población mundial: las mujeres. Y a nosotras se nos violenta en base al género, entendido esto como todas aquellas características que se asocian a nuestro sexo, al ser hembras de nuestra especie. Y a eso se le suman características propias del sexo, como el embarazo, la menor fuerza física en comparación con el hombre, etcétera.
Así, por género, el grupo más vulnerable es el nuestro, el de las mujeres. Y las formas de violencia se dan tanto en el ámbito privado como en el público. Sin embargo, hay otra violencia de género de la cual se habla menos comúnmente: la violencia contra los niños.
Cuando hablo de violencia contra los niños, me refiero a todo lo que pasan para formarse como según la sociedad patriarcal, debe ser un hombre. Durante su socialización de género, se les prohíbe llorar, se les lava el cerebro volviéndolos homofóbicos, se les prohíbe expresar sentimientos positivos por otro hombre, y se les exige estar constantemente dando muestras de hombría. Esto puede ser muy doloroso para un niño. Imagínense querer llorar y que en lugar de escucharte, te golpeen para que seas "bien hombrecito". Esto puede seguir hasta la adolescencia. Y luego nuestra sociedad falocentrista, promueve un culto tal al pene, que el hombre que sufre de disfunción eréctil, a veces, se deprima terriblemente al sentir su masculinidad en duda.
Supongo que puede haber otras formas de violencia de género contra los hombres que ahora se me escapan. Y no quisiera minimizarlo, quiero una sociedad donde no se violente a los niños para "convertirlos en hombres", un mundo donde un hombre pueda ser cariñoso sin sentirse humillado. A fin de cuentas, los hombres ejercen violencia contra ellos mismos y contra las mujeres, en parte porque les han enseñado que el hombre es violento por naturaleza, y que hay que dominar y controlar a lxs demás. No lo justifico, para nada, pero creo que si cambiamos la forma en que educamos a los niños, podemos tener mejores hombres, menos misóginos, violentos, irresponsables, malos padres y machistas.
A pesar de cuán en contra estoy de la violencia de género contra los hombres, creo que yo si tuviera que elegir forzosamente, preferiría que no me dejaran aprender a cocinar, a que me hubieran enseñado que tenía que hacerlo, y siempre para lxs demás. Preferiría que no me permitieran llorar ni abrazar, a que no me permitan ser dueña de mi propio cuerpo. Prefiero hacerme cargo económicamente de toda una familia yo sola (que en teoría al menos, supuestamente eso les toca a los hombres, aunque no siempre lo hagan) pero disfrutar del poder y el control que me da el ser la del dinero, que hacer un trabajo de 12 horas mínimo, sin día de descanzo y sin remuneración económica.
Sí, hay violencia de género contra los hombres, y espero que desaparezca. Pero si tuviera que elegir, cambiaría sin dudarlo la violencia que viven ellos por la que vivimos nosotras. El machismo nos afecta a todas y a todos, pero es evidente que a nosotras muchísimo más, de más formas, y más dolorosamente.
Y sobre la educación de género, odio cuando dicen que las mujeres somos las responsables por educar a nuestros hijos de forma machista. Así que encima de que somos las víctimas principales del machismo, encima es nuestra responsabilidad. Faltaba menos. La sociedad la conformamos todas y todos. Ellos se tienen que comprometer a cambiar, a involucrarse en todos los sentidos en el camino hacia la igualdad. Tienen que dejar de educar a sus hijos e hijas de forma sexista y estereotipada. Para empezar, tienen que empezar a hacerse responsables de la parte que les toca en cuanto a la crianza, que muchos creen que se padre se limita a engendrar, y en el mejor de los casos, en mantener económicamente y brindarles 10 minutos al día y un fin de semana al mes.
Todos y todas, tenemos que terminar con las violencias de género.
Por ejemplo, una persona con información, tiene más poder que una desinformada. Una persona sana tiene más poder que una persona enferma. Así, se contruyen relaciones de poder inequitativas, donde puede ser que la persona o el grupo con más poder, ejerza violencia contra la persona o grupo más vulnerable.
La violencia en nuestra sociedad, suele darse en función de la edad (en la que el grupo vulnerable son los niños y las niñas, y las ancianas y ancianos), en función de la clase social (donde el grupo vulnerable son las clases bajas), etcétera. También es común que las minorías sean violentadas. Sin embargo, hay un grupo vulnerable que constituye aproximadamente el 51% de la población mundial: las mujeres. Y a nosotras se nos violenta en base al género, entendido esto como todas aquellas características que se asocian a nuestro sexo, al ser hembras de nuestra especie. Y a eso se le suman características propias del sexo, como el embarazo, la menor fuerza física en comparación con el hombre, etcétera.
Así, por género, el grupo más vulnerable es el nuestro, el de las mujeres. Y las formas de violencia se dan tanto en el ámbito privado como en el público. Sin embargo, hay otra violencia de género de la cual se habla menos comúnmente: la violencia contra los niños.
Cuando hablo de violencia contra los niños, me refiero a todo lo que pasan para formarse como según la sociedad patriarcal, debe ser un hombre. Durante su socialización de género, se les prohíbe llorar, se les lava el cerebro volviéndolos homofóbicos, se les prohíbe expresar sentimientos positivos por otro hombre, y se les exige estar constantemente dando muestras de hombría. Esto puede ser muy doloroso para un niño. Imagínense querer llorar y que en lugar de escucharte, te golpeen para que seas "bien hombrecito". Esto puede seguir hasta la adolescencia. Y luego nuestra sociedad falocentrista, promueve un culto tal al pene, que el hombre que sufre de disfunción eréctil, a veces, se deprima terriblemente al sentir su masculinidad en duda.
Supongo que puede haber otras formas de violencia de género contra los hombres que ahora se me escapan. Y no quisiera minimizarlo, quiero una sociedad donde no se violente a los niños para "convertirlos en hombres", un mundo donde un hombre pueda ser cariñoso sin sentirse humillado. A fin de cuentas, los hombres ejercen violencia contra ellos mismos y contra las mujeres, en parte porque les han enseñado que el hombre es violento por naturaleza, y que hay que dominar y controlar a lxs demás. No lo justifico, para nada, pero creo que si cambiamos la forma en que educamos a los niños, podemos tener mejores hombres, menos misóginos, violentos, irresponsables, malos padres y machistas.
A pesar de cuán en contra estoy de la violencia de género contra los hombres, creo que yo si tuviera que elegir forzosamente, preferiría que no me dejaran aprender a cocinar, a que me hubieran enseñado que tenía que hacerlo, y siempre para lxs demás. Preferiría que no me permitieran llorar ni abrazar, a que no me permitan ser dueña de mi propio cuerpo. Prefiero hacerme cargo económicamente de toda una familia yo sola (que en teoría al menos, supuestamente eso les toca a los hombres, aunque no siempre lo hagan) pero disfrutar del poder y el control que me da el ser la del dinero, que hacer un trabajo de 12 horas mínimo, sin día de descanzo y sin remuneración económica.
Sí, hay violencia de género contra los hombres, y espero que desaparezca. Pero si tuviera que elegir, cambiaría sin dudarlo la violencia que viven ellos por la que vivimos nosotras. El machismo nos afecta a todas y a todos, pero es evidente que a nosotras muchísimo más, de más formas, y más dolorosamente.
Y sobre la educación de género, odio cuando dicen que las mujeres somos las responsables por educar a nuestros hijos de forma machista. Así que encima de que somos las víctimas principales del machismo, encima es nuestra responsabilidad. Faltaba menos. La sociedad la conformamos todas y todos. Ellos se tienen que comprometer a cambiar, a involucrarse en todos los sentidos en el camino hacia la igualdad. Tienen que dejar de educar a sus hijos e hijas de forma sexista y estereotipada. Para empezar, tienen que empezar a hacerse responsables de la parte que les toca en cuanto a la crianza, que muchos creen que se padre se limita a engendrar, y en el mejor de los casos, en mantener económicamente y brindarles 10 minutos al día y un fin de semana al mes.
Todos y todas, tenemos que terminar con las violencias de género.
Comentarios