Concluyo después de un largo día de trabajo, que las mujeres tienen todo el potencial para transgredir las normas sociales sexistas que las asfixian, que nos asfixian, con un poco de apoyo social.
Llego a un grupo y les pregunto a todas qué opinan de la maternidad. Dicen que es cansado, pero muy reconfortante, que nada se compara con el amor que se siente por las crías, que sus hijos e hijas son el motor de su existencia y un montón de flores más.
Luego yo digo muy convencida, que si bien ha de ser algo genial amar tantísimo, y ha de ser motivo de orgullo ver crecer a tu cría y esas cosas, ha de ser también agobiante. Incluso me atrevo a decir que muchas mujeres, bajito me han contado que si supieran lo cansado que es, la habrían pensado más para reproducirse, o al menos hubieran tenido menos crías. Digo también que muchas veces ser madre trunca tus sueños, de alguna forma puede condenarte a ver el resto de tu vida a su padre cuando tal vez ya no quieres, y un montón de inconvenientes de la maternidad.
Hay algo en la forma en que lo digo, que hace que en lugar de que se me echen todas encima a defender heroicamente la maternidad, las hace asentir con la cabeza. Luego una, tímidamente comenta que a ella le hubiera gustado como mínimo postergar la maternidad para poder estudiar más. Otra dice que si no tuviera a sus hijos tendría un puesto más alto. Y así, una a una van hablando del "lado oscuro de la maternidad". Sin quitar claro, toda la bola de cosas bonitas que tiene.
A lo que voy con todo esto, es a que para que hubiera mayor igualdad entre los sexos, las mujeres tendríamos que ser más honestas con nosotras mismas, más reflexivas, hablar del lado horrible del sexismo sin tapujos, y ser lo que a ojos de esta sociedad es algo horrible: egoístas. Porque de las mujeres no se espera que piensen en sí mismas, ¿cómo entonces vamos a reconocer qué nos hace bien y qué no? ¿Cómo poner límites si no reconocemos primero que no tenerlos, nos mutila, nos limita, nos agrede y nos pone una-abajo en la sociedad?
Tenemos que escucharnos más a nosotras mismas. Luego, hablar en voz alta.
Llego a un grupo y les pregunto a todas qué opinan de la maternidad. Dicen que es cansado, pero muy reconfortante, que nada se compara con el amor que se siente por las crías, que sus hijos e hijas son el motor de su existencia y un montón de flores más.
Luego yo digo muy convencida, que si bien ha de ser algo genial amar tantísimo, y ha de ser motivo de orgullo ver crecer a tu cría y esas cosas, ha de ser también agobiante. Incluso me atrevo a decir que muchas mujeres, bajito me han contado que si supieran lo cansado que es, la habrían pensado más para reproducirse, o al menos hubieran tenido menos crías. Digo también que muchas veces ser madre trunca tus sueños, de alguna forma puede condenarte a ver el resto de tu vida a su padre cuando tal vez ya no quieres, y un montón de inconvenientes de la maternidad.
Hay algo en la forma en que lo digo, que hace que en lugar de que se me echen todas encima a defender heroicamente la maternidad, las hace asentir con la cabeza. Luego una, tímidamente comenta que a ella le hubiera gustado como mínimo postergar la maternidad para poder estudiar más. Otra dice que si no tuviera a sus hijos tendría un puesto más alto. Y así, una a una van hablando del "lado oscuro de la maternidad". Sin quitar claro, toda la bola de cosas bonitas que tiene.
A lo que voy con todo esto, es a que para que hubiera mayor igualdad entre los sexos, las mujeres tendríamos que ser más honestas con nosotras mismas, más reflexivas, hablar del lado horrible del sexismo sin tapujos, y ser lo que a ojos de esta sociedad es algo horrible: egoístas. Porque de las mujeres no se espera que piensen en sí mismas, ¿cómo entonces vamos a reconocer qué nos hace bien y qué no? ¿Cómo poner límites si no reconocemos primero que no tenerlos, nos mutila, nos limita, nos agrede y nos pone una-abajo en la sociedad?
Tenemos que escucharnos más a nosotras mismas. Luego, hablar en voz alta.
Comentarios
Al menos así sucede en Europa.