Hace poco una amiga me pedía un consejo: ¿cómo hacer para enseñar a su hija sobre perseverancia, si ella renunciaba a seguir luchando por su relación? Me acordé de esa frase de Edmund Burke que dice: Hay un límite más allá del cual la tolerancia deja de ser virtud. Pasa igual con la perseverancia. Más que un límite, hablaría de dos situaciones diferentes en las que la perseveranciapuede tener consecuencias totalemente opuestas.
Cuando se quiere conseguir algo a través de disciplina, como mejorar la condición física o dominar un idioma, la perseverancia es la clave. Hay artículos científicos muy interesantes sobre la perseverancia y el éxito. Pero cuando se persevera en una relación que lastima, el resultado rara vez es conveniente.
Si tratas con paciencia de abrir un candado con ganzúas, probablemente lo consigas. Pero si tratas de abrir una puerta con la mente, puedes estarte ahí cien años y no conseguirlo. Para discernir ambas situaciones, bastaría con evaluar las consecuencias de esta persistencia en periodos largos. Saliendo a correr una vez por semana, podemos notar la diferencia positiva en nuestra condición física. Cada día nos cansamos menos y nuestros músculos son más fuertes. Cada día podemos correr un poquito más. (Esto va para la gente como yo que no corre nada. No tengo idea qué pasa con la gente que tiene toda la vida corriendo).
Con las relaciones tóxicas pasa que después de hablar y negociar y pedir perdón y cualquier intento de solucionarlo, las cosas se ponen bien un rato y después vuelven a lo mismo. A veces peor. Viéndolo en perspectiva, cada vez que se intenta solucionar parece funcionar durante un rato. Eso da la falsa sensación de que hay un cambio y de que hablar las cosas arregla la situación. Sin embargo, una y otra vez regresa el maltrato. Eso se conoce como ciclo de la violencia, y hay muchísima información en internet sobre él.
Le dije en aquella ocasión a esta chica, que más que aprender de perseverancia, si continuaba esa relación su hija iba a aprender a vivir en un ambiente violento, a tolerar el maltrato, a relacionar amor con sumisión y gritos, a no poner límites.
Hay que tener claro el objetivo y saber discernir entre las posibilidades de éxito y de fracaso tomando en cuenta la historia de la relación. Oyendo las historias de mujeres que han sufrido violencia, leyendo sobre el tratamiento psicológico para hombres agresores, ¿qué posibilidades hay de que una mujer pueda detener la violencia que ejerce sobre ella su pareja, si no es dejandola? La violencia es una cuestión de género, así que aplica igual a las parejas del mismo sexo y diferente género. ¿Correr cien kilómetros nos enseña a nadar? De igual manera, quedarse en una relación cada día más intolerable no nos enseña de persistencia ni la resuelve. ¿Cada vez te sientes menos valorada, más deprimida y con menos fuerza para seguir? Eso significa que si sigues por ese camino, de insistir vas a terminar bastante peor. Si por el contrario, ves que tu insistencia en seguir hace que cada día te sientas más libre, más feliz en tu relación, entonces sigue. De lo contrario sal de ahí, que ninguna planta florece si la riegas constantemente... con agua contaminada.
Cuando se quiere conseguir algo a través de disciplina, como mejorar la condición física o dominar un idioma, la perseverancia es la clave. Hay artículos científicos muy interesantes sobre la perseverancia y el éxito. Pero cuando se persevera en una relación que lastima, el resultado rara vez es conveniente.
Si tratas con paciencia de abrir un candado con ganzúas, probablemente lo consigas. Pero si tratas de abrir una puerta con la mente, puedes estarte ahí cien años y no conseguirlo. Para discernir ambas situaciones, bastaría con evaluar las consecuencias de esta persistencia en periodos largos. Saliendo a correr una vez por semana, podemos notar la diferencia positiva en nuestra condición física. Cada día nos cansamos menos y nuestros músculos son más fuertes. Cada día podemos correr un poquito más. (Esto va para la gente como yo que no corre nada. No tengo idea qué pasa con la gente que tiene toda la vida corriendo).
Con las relaciones tóxicas pasa que después de hablar y negociar y pedir perdón y cualquier intento de solucionarlo, las cosas se ponen bien un rato y después vuelven a lo mismo. A veces peor. Viéndolo en perspectiva, cada vez que se intenta solucionar parece funcionar durante un rato. Eso da la falsa sensación de que hay un cambio y de que hablar las cosas arregla la situación. Sin embargo, una y otra vez regresa el maltrato. Eso se conoce como ciclo de la violencia, y hay muchísima información en internet sobre él.
Le dije en aquella ocasión a esta chica, que más que aprender de perseverancia, si continuaba esa relación su hija iba a aprender a vivir en un ambiente violento, a tolerar el maltrato, a relacionar amor con sumisión y gritos, a no poner límites.
Hay que tener claro el objetivo y saber discernir entre las posibilidades de éxito y de fracaso tomando en cuenta la historia de la relación. Oyendo las historias de mujeres que han sufrido violencia, leyendo sobre el tratamiento psicológico para hombres agresores, ¿qué posibilidades hay de que una mujer pueda detener la violencia que ejerce sobre ella su pareja, si no es dejandola? La violencia es una cuestión de género, así que aplica igual a las parejas del mismo sexo y diferente género. ¿Correr cien kilómetros nos enseña a nadar? De igual manera, quedarse en una relación cada día más intolerable no nos enseña de persistencia ni la resuelve. ¿Cada vez te sientes menos valorada, más deprimida y con menos fuerza para seguir? Eso significa que si sigues por ese camino, de insistir vas a terminar bastante peor. Si por el contrario, ves que tu insistencia en seguir hace que cada día te sientas más libre, más feliz en tu relación, entonces sigue. De lo contrario sal de ahí, que ninguna planta florece si la riegas constantemente... con agua contaminada.
Comentarios
Cuando una persona sabe que la relación es tóxica, tiene claro que nada va a cambiar y que lo mejor que puede hacer es salir, pero no sale porque tiene dependencia emocional o la han hundido tanto que ya hasta tiene miedo porque piensa que si abandona esa relación, nadie la va a querer y se va a quedar sola... En ese caso, ¿qué hacer?
Ministry of Silly Walks: mantenme al tanto del Haiku, me va a encantar leerlo.